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La belleza de lo clásico: secretos de la decoración vintage



Muchas veces nos centramos en que lo mejor es lo más novedoso, pensando que no hay nada comparable a la última novedad. Esta tendencia provoca que rápidamente descartemos cualquier objeto simplemente porque el tiempo ha pasado sobre él, suplantándolo en el menor de los tiempos por otro parejo recién salido de la fábrica. Este comportamiento se repite en diversos niveles de la vida, ya sea a la hora de comprar un automóvil, renovar nuestro vestuario o cambiar la decoración de una sala. Desgraciadamente, lo último no es siempre lo mejor, con lo que muchas veces podemos caer simplemente en la tendencia mayoritaria de adorar la novedad descartando verdaderas joyas
cuya calidad y estilo está muy por encima de algo tan trivial como el paso del tiempo.



Este saber pararse y reflexionar sobre los objetos, admirando el valor de lo clásico y atemporal, se
conoce como vintange. Un objeto vintage es todo aquel cuyo acierto es capaz de sobreponerse al
paso del tiempo, normalmente sin ser una antigüedad. Por regla general, lo vintage es algo fabricado
durante el siglo XX, por lo que no llega a ser necesariamente una antigüedad, pero que como
mínimo ya cuenta con un par de décadas a sus espaldas, lo suficiente como para haber sido filtrado
a través de los años.


Lo vintage es ante todo un grado que diferencia un objeto que simplemente respondía a la moda de una época, por ejemplo los años cuarenta del siglo pasado, frente a otro que a pesar de estar anclado en su tiempo tiene la suficiente calidad, tanto en su fabricación como diseño, para seguir al pie del cañón hoy en día.

En este sentido, lo vintage se puede aplicar a cualquier faceta, llegando incluso a existir auténticos
fanáticos de las mismas. No es difícil encontrar a un aficionado a los autos o a la música vintage,
enamorados de vehículos o grupos que alcanzaron en algunos casos hace más de cincuenta o
sesenta años. Una afición que hace a muchos intentar encontrar un departamento en alquiler en edificios antiguos con una arquitectura particular anclada en el tiempo. Pero donde sin duda lo vintage ha ganado más fuerza y se ha hecho más popular entre el público general es en la moda y la
decoración. No es raro encontrar tiendas de ropa o muebles especializados en estos objetos clásicos,
los cuales pueden funcionar a la perfección hoy en día.



Quizás sea en el terreno de la decoración donde mejor funciona lo vintage, pues el interiorismo
bien entendido siempre ha jugado con la mezcla y la recuperación de aciertos pasados, buscando
crear ambientes que en lugar de ser espacios neutros se llenen de la personalidad y los gustos de sus
habitantes. De entrada, la opción de una decoración vintage puede parecer demasiado compleja si
no sabemos como utilizar los elementos o donde encontrarlos, aunque con unos simples consejos, y
algo de práctica, es un campo que se puede dominar sin muchos problemas.

1.- No intentes clonar un espacio. El interiorismo vintage no es un intento por recrear un
ambiente pasado en una habitación. De este modo, no debemos intentar decorar un despacho
como sería exactamente uno igual en los años treinta del siglo pasado, sino que debemos
tomar ideas y conceptos de dicha época, siempre que sean de nuestro agrado, para usarlos en
un espacio actual. No debemos convertir una sala en una recreación histórica de una época
pasada, sino mezclar elementos en busca de un equilibrio original.


2.- Tómate tu tiempo para avanzar. Si queremos optar por decoración vintage, debemos de
tener claro que no es una opción que se pueda hacer en un solo día, sino que será necesario
dedicar el tiempo suficiente para que el proyecto vaya creciendo. Una opción muy rápida
es acudir a una tienda especializada, donde los productos vintage suelen ser más caros,
y comprar todo lo que necesitemos, aunque de este modo se pierde mucha diversión
relacionada con lo vintage, la cual está muy ligada al siguiente apartado.

3.- Desarrolla tu talento explorador. Lo vintage no tiene porque ser necesariamente caro,
siempre y cuando nos lo tomemos como una afición que va mucho más allá de la mera
decoración. Un verdadero aficionado a lo vintage es ante todo un arqueólogo del siglo XX.
Para ello, debemos tomarnos nuestro tiempo para desarrollar nuestra afición, buscando
tesoros escondidos en los lugares más insólitos, ya sean estos anuncios gratis en Internet, mercadillos de segunda mano o incluso el desván de nuestros abuelos.



4.- Ante todo trabaja para ti. Por último, es importante que la decoración vintage sea algo del
gusto del usuario. Si vamos a optar por emplear objetos vintage en nuestra decoración debe
ser porque nos gustan, no por aceptar una moda externa a nosotros, y buscando siempre
objetos que nos agraden, ya sea por su diseño, por su utilidad o porque pertenezcan a una
época que nos guste especialmente. Lo vintage es una afición poderosa, más allá del mero
interiorismo, la cual se puede convertir en una fuente inagotable de aventuras, alegrías y
pequeños descubrimientos para compartir con los demás.

Especial agradecimiento a www.vende.pe por este interesante artículo.

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